DECLARACION DEL PARTIDO OBRERO ANTE EL GENOCIDIO EN GAZA
LA SOLUCION FINAL
LA SOLUCION FINAL
OBJETIVO: LA LIQUIDACION DE PALESTINA
La finalidad política de la barbarie que está acometiendo Israel en Gaza es sepultar para siempre la resistencia nacional y reducir a la población a un conglomerado sin identidad política ni nacional.
El número de víctimas civiles -hasta el momento 1.300 muertos y 4.000 heridos; un tercio de ellos niños - crecerá enormemente en los próximos días.
Política y humanamente, es un genocidio.
El Holocausto de Gaza se sigue cometiendo sin que se les mueva un pelo a los gobernantes de las potencias que tienen la posibilidad de presionar para detener a este Estado de Israel asesino y violador de los derechos humanos elementales.
Para llevar hasta el final una tesis fundacional del sionismo -darle "las tierras sin pueblo (el palestino) al pueblo sin tierras (el israelí)"- es necesario suprimir a ese pueblo y confiscar su territorio.
Todas las propuestas de tregua o de cese del fuego en danza han sido rechazadas por Israel (y por su mandante, Estados Unidos) en función de esa premisa: los palestinos solamente tendrán derecho a sobrevivir (y a conmemorar a sus familiares salvajemente asesinados) si abandonan toda resistencia a la ocupación militar, a la confiscación de tierras y viviendas, por la libertad personal y, claro, por la autonomía política.
Israel dice que pelea por el reconocimiento de su derecho a la existencia -que casi todos los Estados, sin embargo, han consagrado- y que por la misma razón aplasta al pueblo palestino -cuyo derecho a la existencia nacional ningún Estado, sin embargo, acepta.
Los métodos utilizados por el ejército sionista son bárbaros: bombas de fósforo blanco, municiones de uranio empobrecido, bombas de tungsteno que producen grandes amputaciones en las víctimas, bombas de fragmentación (que estallan en el aire y dispersan cientos de "bombas personales"). Se han encontrado rastros de uranio empobrecido en algunas de las víctimas; se trata de una munición con componentes radiactivos, utilizada para perforar blindajes. La clase de armas y municiones con la que se masacra a la población palestina es a todas luces clarificadora de que lo que esta ocurriendo es un holocausto. Sus víctimas son, por regla, la población civil.
Familias enteras aniquiladas. Duplica el centenar de niños asesinados en 15 días. Casi la mitad de los mutilados que aún sobreviven, niños también: los cuerpos destrozados por bombas de fragmentación. El sionismo no puede sorprender a nadie: el Estado de Israel se sostiene sobre cadáveres de niños.
La masacre de Gaza es una tentativa de imponer la solución final a la cuestión palestina.Esta solución final apunta a consolidar el orden internacional armado por el imperialismo contra sus clases trabajadoras y las naciones más débiles y sometidas.
Por eso recibe el apoyo de todos los Estados, en especial de los regímenes árabes, y más aun cuando la bancarrota internacional amenaza al conjunto del capitalismo.
Se trata, sin embargo, de una fantasía reaccionaria y bárbara, que deberá fracasar en forma incluso más contundente que la tentativa de solución final que el hitlerismo intentó contra el pueblo judío.
En primer lugar, porque deberá enfrentar una resistencia nacional que no disminuirá sino que crecerá, como ha ocurrido en las últimas siete décadas y, por sobre todo, en envergadura y calidad.
En segundo lugar, porque deberá enfrentar el derrumbe del capitalismo mundial y del inestable orden político actual, y la lucha popular que este derrumbe desencadenará en el mundo entero.
La resolución de ‘cese del fuego' votada en la ONU no establece el fin de la ocupación militar israelí (sino su ‘retiro progresivo') ni la apertura de las fronteras (sino el ingreso de ‘ayuda humanitaria'). Israel la rechazó porque significaría la continuidad de Hamas en el gobierno de Gaza.
La atrocidad de lo que está ocurriendo en Palestina echa una nueva luz sobre ‘nuestra' política local -pues desde los Kirchner hasta los Macri, Reutemann, Carrió o Binner se ha formado una santa alianza de encubrimiento de la masacre de Gaza.
Pero por sobre todo ha echado una luz definitiva sobre, De Gennaro, Ibarra, Bonasso, Luis Juez y sus símiles, quienes han decidido que la mejor opinión es el silencio.
Vale aclarar que esta pendiente de ratificación parlamentaria un Tratado de Libre comercio entre el Mercosur e Israel por el cual se permite la comercializacion de lols bienes agrícolas provenientes de los asentamientos israelíes en territorio palestino, es decir que convalida la expulsión y el robo de tierras y legitima el trabajo esclavo de los trabajadores palestinos en Israel.
Los cómplices políticos de estos crímenes contra los derechos nacionales y los humanos más elementales no serán capaces, nunca, de levantar un meñique por la defensa de nuestros derechos nacionales y de la lucha de los trabajadores - como no fueron capaces de hacerlo nunca en el pasado.
Israel está en guerra contra el pueblo palestino desde 1948. Pero un Estado que sólo puede existir mediante la guerra y las masacres permanentes, es un Estado inviable.
Trabajadores de todos los países, unámonos contra la barbarie imperialista. La derrota de la invasión sionista está en el interés de todos los pueblos del mundo.
El número de víctimas civiles -hasta el momento 1.300 muertos y 4.000 heridos; un tercio de ellos niños - crecerá enormemente en los próximos días.
Política y humanamente, es un genocidio.
El Holocausto de Gaza se sigue cometiendo sin que se les mueva un pelo a los gobernantes de las potencias que tienen la posibilidad de presionar para detener a este Estado de Israel asesino y violador de los derechos humanos elementales.
Para llevar hasta el final una tesis fundacional del sionismo -darle "las tierras sin pueblo (el palestino) al pueblo sin tierras (el israelí)"- es necesario suprimir a ese pueblo y confiscar su territorio.
Todas las propuestas de tregua o de cese del fuego en danza han sido rechazadas por Israel (y por su mandante, Estados Unidos) en función de esa premisa: los palestinos solamente tendrán derecho a sobrevivir (y a conmemorar a sus familiares salvajemente asesinados) si abandonan toda resistencia a la ocupación militar, a la confiscación de tierras y viviendas, por la libertad personal y, claro, por la autonomía política.
Israel dice que pelea por el reconocimiento de su derecho a la existencia -que casi todos los Estados, sin embargo, han consagrado- y que por la misma razón aplasta al pueblo palestino -cuyo derecho a la existencia nacional ningún Estado, sin embargo, acepta.
Los métodos utilizados por el ejército sionista son bárbaros: bombas de fósforo blanco, municiones de uranio empobrecido, bombas de tungsteno que producen grandes amputaciones en las víctimas, bombas de fragmentación (que estallan en el aire y dispersan cientos de "bombas personales"). Se han encontrado rastros de uranio empobrecido en algunas de las víctimas; se trata de una munición con componentes radiactivos, utilizada para perforar blindajes. La clase de armas y municiones con la que se masacra a la población palestina es a todas luces clarificadora de que lo que esta ocurriendo es un holocausto. Sus víctimas son, por regla, la población civil.
Familias enteras aniquiladas. Duplica el centenar de niños asesinados en 15 días. Casi la mitad de los mutilados que aún sobreviven, niños también: los cuerpos destrozados por bombas de fragmentación. El sionismo no puede sorprender a nadie: el Estado de Israel se sostiene sobre cadáveres de niños.
La masacre de Gaza es una tentativa de imponer la solución final a la cuestión palestina.Esta solución final apunta a consolidar el orden internacional armado por el imperialismo contra sus clases trabajadoras y las naciones más débiles y sometidas.
Por eso recibe el apoyo de todos los Estados, en especial de los regímenes árabes, y más aun cuando la bancarrota internacional amenaza al conjunto del capitalismo.
Se trata, sin embargo, de una fantasía reaccionaria y bárbara, que deberá fracasar en forma incluso más contundente que la tentativa de solución final que el hitlerismo intentó contra el pueblo judío.
En primer lugar, porque deberá enfrentar una resistencia nacional que no disminuirá sino que crecerá, como ha ocurrido en las últimas siete décadas y, por sobre todo, en envergadura y calidad.
En segundo lugar, porque deberá enfrentar el derrumbe del capitalismo mundial y del inestable orden político actual, y la lucha popular que este derrumbe desencadenará en el mundo entero.
La resolución de ‘cese del fuego' votada en la ONU no establece el fin de la ocupación militar israelí (sino su ‘retiro progresivo') ni la apertura de las fronteras (sino el ingreso de ‘ayuda humanitaria'). Israel la rechazó porque significaría la continuidad de Hamas en el gobierno de Gaza.
La atrocidad de lo que está ocurriendo en Palestina echa una nueva luz sobre ‘nuestra' política local -pues desde los Kirchner hasta los Macri, Reutemann, Carrió o Binner se ha formado una santa alianza de encubrimiento de la masacre de Gaza.
Pero por sobre todo ha echado una luz definitiva sobre, De Gennaro, Ibarra, Bonasso, Luis Juez y sus símiles, quienes han decidido que la mejor opinión es el silencio.
Vale aclarar que esta pendiente de ratificación parlamentaria un Tratado de Libre comercio entre el Mercosur e Israel por el cual se permite la comercializacion de lols bienes agrícolas provenientes de los asentamientos israelíes en territorio palestino, es decir que convalida la expulsión y el robo de tierras y legitima el trabajo esclavo de los trabajadores palestinos en Israel.
Los cómplices políticos de estos crímenes contra los derechos nacionales y los humanos más elementales no serán capaces, nunca, de levantar un meñique por la defensa de nuestros derechos nacionales y de la lucha de los trabajadores - como no fueron capaces de hacerlo nunca en el pasado.
Israel está en guerra contra el pueblo palestino desde 1948. Pero un Estado que sólo puede existir mediante la guerra y las masacres permanentes, es un Estado inviable.
Trabajadores de todos los países, unámonos contra la barbarie imperialista. La derrota de la invasión sionista está en el interés de todos los pueblos del mundo.
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