jueves, 26 de marzo de 2009

Gatillo Fácil: Otros dos jóvenes asesinados.

Dos jóvenes fueron asesinados a tiros por policías en San Francisco Solano, partido de Quilmes, lo cual ha generado una profunda movilización barrial de repudio. Vecinos y familiares de las víctimas acusaron a los agentes de acribillar a los jóvenes "como animales", y a la comisaría del barrio por tratar de encubrir los homicidios.
Por el momento, sólo está detenido un policía federal, quien adujo que los muchachos -Maximiliano Fernández, de 22 años; y Cristian Rivas, de 27- trataron de robarle un celular. Pero, así fuera cierta la versión del cana, los jóvenes estaban desarmados. El hecho ocurrió a las 6.30 de la mañana del 7 de marzo.
Las víctimas estaban en la casa de uno de ellos con otro amigo, quien contó que a esa hora un auto frenó bruscamente frente al domicilio y bajaron unos hombres. Los dos muchachos que resultarían muertos salieron a ver y enseguida se escucharon los disparos. Ni gritos ni corridas, sólo disparos.
Más terminante aún es el testimonio de Karina Galván, cuartelera de guardia de los bomberos de San Francisco Solano. "Un hombre nos avisó que en la esquina de Monteverde y 890 había una persona tirada en la calle", dijo (Página/12, 17/3). Ante el aviso, Galván y un compañero salieron en ambulancia a buscar al herido. "Cuatro cuadras antes de llegar -explicó- nos pararon dos personas, dijeron que eran policías y que no fuéramos a socorrer a los pibes que estaban tirados más allá porque eran chorros, que les habían intentado robar y ellos los habían herido. A lo lejos, dentro de un auto, pude ver a dos más" (ídem).
El testimonio de la bombera echa por tierra la versión del intento de robo ¿Alguien puede pensar seriamente que un par de rateros desarmados intentarían asaltar a cuatro hombres en un auto?
Ya no se trata simplemente de que todos estemos en libertad condicional. Esta gente ha dictado contra toda la población pobre, especialmente contra los jóvenes, una sentencia de muerte en suspenso que pueden ejecutar cuando les da la gana, según creen.

Alejandro Guerrero.

miércoles, 25 de marzo de 2009

A 33 años de la última dictadura militar.
¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
¡Basta de despidos, suspensiones y tarifazos!




Hoy, como ayer, la Argentina está sumergida en una profunda crisis. Y una vez más terminan pagándola los trabajadores. Ayer con secuestros, torturas, desapariciones, hoy con despidos, suspensiones y tarifazos.
La barbarie militar desatada en 1976, con la complicidad de políticos y civiles, dejó a la Argentina y a su clase trabajadora, con su aparato productivo destruido, con una deuda ilegitima e impagable y sometida al imperialismo.
Vemos en la actualidad que tanto el gobierno como la oposición, la Sociedad Rural y compañía otrora cómplice de la dictadura militar, se enroscan en una disputa de poder que lejos está de resolver los problemas del pueblo y los trabajadores.

Estos dos grupos, supuestamente antagónicos, que parecen luchar por dos modelos diferentes de país, son en realidad burgueses que asustados por la crisis financiera internacional, dan manotazos de ahogado para salvarse y no perder.

El objetivo de la dictadura, de destrucción del movimiento sindical y estudiantil, y la desaparición forzada de los activistas obreros, se ve reflejado hoy en las patotas sindicales que arremeten contra el activismo del subte, el Francés y Atilra Rosario. Qué mejor muestra que la desaparición de Julio López, lo que permite ver la vigencia del aparato represivo.

Se suma a esta lista de ataque contra el movimiento obrero y estudiantil, el procesamiento de los estudiantes de la FUBA, el atropello de Varizat a los docentes de Santa Cruz, el fusilamiento de Carlos Fuentealba, la persecución a los trabajadores de Fargo, Gudiño y Morales, solo para enumerar algunos, lo que deja en claro las políticas anti – obreras de los oficilistas y opositores, pues a la hora de denunciar los atropellos contra la clase trabajadora, todos son cómplices con su silencio.

Mientras el gobierno k se empecina en no aumentar los salarios, concede enormes beneficios fiscales a la mesa de enlace, a la UIA y garantiza a las empresas privatizadas, su taza de ganancias , permitiendo tarifazo y despidos.

Por eso, este nuevo 24 de marzo, la consigna es:

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

¡Basta de despidos, suspensiones y tarifazos!

Por eso, este 24 de marzo nos va a encontrar en la plaza repudiando todo lo ante dicho.



viernes, 20 de marzo de 2009

Prensa Obrera Nº 1075


Que la crisis la paguen los capitalistas!!!

El próximo 24 de Marzo tendrá lugar la primera movilización del año de alcance general. El centro neurálgico será la Plaza de Mayo, pero las marchas se realizarán también en todos los centros políticos del país.
En plena etapa de derrumbe capitalista y de una renovada ola de despidos, suspensiones y tarifazos, este 24 de Marzo es un canal de lucha y una referencia política para todos los sectores movilizados contra la ofensiva del gobierno y de los capitalistas contra los trabajadores y la población. Por eso nuestra consigna central para la movilización es que la crisis la paguen los capitalistas; no a los despidos y suspensiones, abajo el tarifazo.
El 24 de Marzo tiene lugar también en un cuadro de crisis de los aparatos represivos del régimen. Es esto lo que, en definitiva, está detrás de la llamada ‘cuestión de la seguridad'. La derecha bate el parche exigiendo más poder para las fuerzas represivas, que son las responsables de la inseguridad ciudadana. El gobierno, por su lado, está a la defensiva, porque es incapaz de presentar una salida y porque no hace más que tomar el libreto de la derecha (leyes Blumberg). La crisis abierta entre el Poder Judicial y el Ejecutivo demuestra cómo todo evoluciona en función de una crisis política. En definitiva, la crisis de los aparatos de seguridad es la expresión más concentrada de la crisis del régimen en su conjunto.
La convocatoria a la marcha común denuncia la vigencia de la impunidad, como se manifiesta en la misérrima cantidad de represores condenados, la existencia todavía de más de 400 chicos que fueron apropiados bajo la dictadura, o la desaparición de Julio López. A pesar de toda la demagogia oficial, el aparato represivo del ‘gatillo fácil' se mantiene intacto. Es una denuncia, también, de la existencia de 4.000 luchadores procesados y de la judicialización de los conflictos obreros y de la protesta social.
Llamamos a concurrir a la movilización a Plaza de Mayo y a las de todo el país con la consigna de que la crisis la paguen los capitalistas, en apoyo a las luchas populares contra los despidos y suspensiones, las rebajas salariales y los tarifazos. A movilizarnos contra el ‘gatillo fácil', la verdadera inseguridad ciudadana cobijada desde el aparato represivo y contra la persecución a los luchadores populares y la criminalización de la protesta.
Más allá de la convocatoria, sin embargo, la movilización del 24 tiene lugar en una fase terminal del gobierno kirchnerista, que ha adelantado las elecciones parlamentarias para que sean una especie de plebiscito. El oficialismo pretende que la población escoja entre él y la oposición sojera, pero el problema real de las masas no es éste, sino la crisis capitalista que se descarga sobre los trabajadores con despidos y mayor miseria social.
La alternativa no es capitalismo sojero para enriquecer a la burguesía rural -y, más aún, a los capitales latifundistas y los monopolios de la exportación y de los agroquímicos- o gobierno de capitalistas amigos para pagar la deuda externa y defender los intereses de los Techint, los Pagani o los pulpos mineros. La alternativa es: salida capitalista de miseria social o salida anti-capitalista, para garantizar el derecho al trabajo y arrancar los reclamos de salario, salud, vivienda y educación.
Llamamos a los trabajadores a manifestar el 24 de Marzo junto al Partido Obrero para impulsar una lucha anti-capitalista y para que el desenlace de la crisis política no sirva para sostener a los Kirchner o beneficiar a los ricachones como Macri o De Narváez, o a clericales como Carrió o Michetti, o a agentes de las cerealeras como Binner.
Venga compañero a la columna del Partido Obrero, para organizar una coalición anti-capitalista frente al plebiscito del 28 de junio, que nos sirva para reforzar nuestras luchas en todos los lugares de trabajo, en la industria y en las fincas, en los barrios, en las escuelas y facultades.
El PO concentra desde las 14:30 hs. en Rivadavia y Callao

miércoles, 18 de marzo de 2009

CONVOCATORIA A PROFUNDIZAR LA LUCHA

Unificar con Capital, Río Negro, Neuquén
y demás provincias en conflicto

A tres semanas del inicio del ciclo lectivo tenemos más de 10 provincias en paro, algunas de la cuales no comenzaron la clases, por caso, la huelga por tiempo indefinido de Río Negro y un heroico corte en Chichinales y otros puntos de la provincia; o la lucha en Neuquén. Junto a los paros progresivos en Jujuy, Capital, Salta, Chubut, Catamarca, Corrientes y las medidas en Santa Cruz, Entre Ríos, Chaco o Santiago del Estero, entre otros.
Este torrente de lucha es consecuencia del indiscutible fracaso de la “paritaria nacional” donde el gobierno Kirchner y la dirección celeste de CTERA y de otros gremios “acordaron” un piso inicial con sumas en negro de $ 1.490, cuando la mayoría de las provincias ya estaban percibiendo cifras similares o superiores. Siguiendo esta “pauta nacional” que implica un ajuste educativo para hacer pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo, los gobernadores se niegan a otorgar aumento de salarios. Esto ocurre mientras el gobierno K destina 65.880 millones de pesos a pagar la fraudulenta deuda externa, subsidia a los empresarios privados, se queda con el 70% de la recaudación, asignó en el 2008 la suma de 41.500 millones de pesos sin ningún control. En lugar de mejorar la salud, la educación, la vivienda, las condiciones de vida, la alimentación de nuestros niños, mantiene el superávit, recortando partidas como en educación: cerrando cursos, eliminando cargos, sin invertir ni reparar las escuelas y el mobiliario, recortando raciones de comida o becas, contribuyendo así a la ausencia de los chicos a clases.
La política educativa de los Kirchner está siendo repudiada por los docentes en la mayor parte del país. En ese contexto de lucha, la Junta Ejecutiva de CTERA abandona a su suerte a las entidades de base, negándose a llamar al Paro Nacional para unificar la lucha, siendo cómplices de la política del gobierno K. Obligan así a que se negocie en cada provincia, pretendiendo debilitar la impactante fuerza de la docencia, cuando el gobierno nacional tiene los fondos para garantizar, junto a los gobernadores, el verdadero aumento salarial que reclamamos.

Proponemos:

Exigir a CTERA la convocatoria a Paro Nacional en apoyo a las provincias en lucha.
Nacionalización del conflicto, elaborando un plan de lucha con la más amplia participación democrática del conjunto de la docencia, ausente hasta hoy.

En la provincia de Buenos Aires, asistimos a la negativa del gobierno de Scioli a satisfacer las demandas de los docentes, realizando propuestas que rayan en la provocación por sus ofertas de sumas fijas, iguales para todos, en “negro”.

Proponemos:

Unidad en la acción con Río Negro y demás provincias en conflicto, y con el conjunto de los trabajadores estatales.
Rechazar la política de los dirigentes del Frente Gremial que acordaron una tregua con el gobierno de Scioli sin consultar con los docentes y contrariando su voluntad de luchar junto a nuestros compañeros de las provincias, en particular con los de la Ciudad de Buenos Aires y con los estatales de la provincia: ATE, judiciales y CICOP.
Luchar por un aumento de emergencia de $ 500 o un mínimo del 30% del salario inicial al básico, sin sumas en negro.
Un plan de lucha con paros progresivos elaborado desde las asambleas de escuela, los cuerpos de delegados con mandato y las asambleas seccionales.

Convocamos a los compañeros docentes a apoyar en forma activa a los estatales de la provincia, en una Jornada de Protesta y a confluir con ellos el miércoles 18 en La Plata ya que ATE, CICOP y Judiciales han convocado ese día a Paro con movilización.

martes, 17 de marzo de 2009

Prensa Obrera Nº 1074


Cuando decenas de miles de trabajadores están perdiendo el empleo, o sufren suspensiones y reducciones de trabajo y de salarios, el Congreso está empeñado en lograr una sesión especial para eliminar las retenciones a la soja.
Es cierto que el precio del poroto ha caído, pero incluso así es alto en términos históricos.Los obreros rurales, mientras tanto, siguen siendo los peor explotados del país, en negro, y sus hijos los más pobres de Argentina.
Pero el Congreso no está buscando organizar una sesión especial para atender al trabajador rural, sino al capitalista agrario.
No para prohibir los despidos, sino para llevar al país a una devaluación ruinosa.
La rebaja de las retenciones a la soja tampoco le va a dar una solución duradera al chacarero, sea pequeño o mediano, porque el negocio agrario está manejado por pulpos financieros que esquilman a los que se encuentran en la parte inferior de la escalera.
¿Por qué no se movilizan, entonces, por la nacionalización de los monopolios del comercio exterior, que se quedan con la mayor parte del excedente, o de los bancos, que les cobran tasas usureras, o de los de los agroquímicos, que se abusan con el precio de sus productos?Porque en ese caso tendrían que aliarse con los trabajadores.
Creen que aliados a los terratenientes y fideicomisos agrarios les quedará una parte de las retenciones, si se eliminan.
Se equivocan; la crisis mundial se los llevará puestos, y sus tierras o maquinarias terminarán en las manos de los grandes grupos económicos.
Ningún trabajador puede secundar esta causa que va contra la clase obrera y que está condenada al fracaso.
¿Y los K?
Para neutralizar al Congreso que se ha ido convirtiendo en opositor, quiere reunir un Consejo Económico y Social bajo la batuta de la Unión Industrial y de la burocracia sindical, que vienen pidiendo a gritos la mega-devaluación de la moneda y se han puesto de acuerdo para liquidar sin fecha las paritarias.
Del Congreso guate-mala, al kirchnerismo guate-peor.
Denunciamos por igual al Congreso y al gobierno; a la patria sojera de la oposición y a la patria contratista del oficialismo.
La cuestión central es defender el trabajo contra el capital -sea industrial, comercial, agrario o financiero.
Que se prohíban los despidos y suspensiones.
Que se repartan las horas de trabajo disponibles sin afectar el salario.
Por la nacionalización de la banca, de la gran industria, del capital terrateniente y de los pulpos exportadores para posibilitar un plan de reactivación y de reconstrucción económica al servicio de los que viven de su trabajo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Prensa Obrera Nº 1073


En todo el mundo, los trabajadores están pagando la crisis capitalista con un alto precio de despidos y pérdidas de empleo, de salarios y vivienda.
Dos millones de despidos hubo en Estados Unidos entre diciembre y febrero; en Brasil, 600 mil en enero; en Italia, también 600 mil pasaron al seguro al parado desde principios de año; en España la tasa de desocupación (oficial) llegó a un catastrófico 16 por ciento.
Los gobiernos capitalistas se esfuerzan por rescatar a banqueros y a industriales, al costo de billones de dólares de dinero fiscal, pero los trabajadores son cubiertos por el seguro de empleo apenas durante algunas semanas.
En nuestro país, los despidos están diezmando a los trabajadores con contratos precarios o en negro y las suspensiones y las reducciones de jornada laboral y salarios a los efectivos.
Sin embargo, la industria automotriz de Córdoba ya ha dicho que deberá prescindir de la mitad de su personal, lo que tendría un efecto devastador en la industria de autopartes, donde diez mil metalúrgicos perderán el empleo en las próximas semanas.
Lo mismo ha anunciado la industria petrolera, obligando a los obreros de las constructoras de sus yacimientos a cortar las rutas en el norte y en el sur.
Curtidores y frigoríficos, dos industrias que manufacturan materia prima típicamente nacional, están a la cabeza en los despidos.
Los planes oficiales para comprar autos, bicicletas, heladeras o computadoras no han resuelto nada; solamente han servido para beneficiar a algunas concesionarias y bancos intermediarios.
La CGT no ha encontrado mejor salida que autorizar la postergación de las paritarias, ‘comprando' de este modo el argumento ‘neo-liberal' de que los aumentos de salarios agravan el desempleo.
La clase capitalista -fundamentalmente la gran industria-, los terratenientes y los banqueros, tiene una responsabilidad fundamental en el estallido del desempleo masivo, porque de ella depende la inversión y la contratación de la fuerza de trabajo.
Si la organización social que le permite al capitalista enriquecerse a costa de los trabajadores no es capaz de operar en forma normal, significa que se ha agotado.
Si el capitalista no es capaz de enderezar a la sociedad que usufructúa, quiere decir que no tiene las condiciones mínimas para reclamar un status dirigente.
Los trabajadores no pueden aceptar esta paralización, porque les va su vida y las de sus familias.
Lo mismo ocurre con los trabajadores independientes o con los pequeños productores.El despido masivo significa también el abandono y el desgaste del activo industrial y productivo que fuera construido por medio de la explotación prolongada de millones de trabajadores.
Hay una salida: para defender el trabajo y la industria, el poder público debe proceder a su nacionalización, así como a la nacionalización de los bancos y del gran capital agrario y comercial.
No para rescatar ni compensar a los grandes capitalistas, sino para poner en marcha una serie integral de medidas reactivadoras que movilice todo el proceso productivo.
¿O el país tiene, acaso, sus necesidades completamente satisfechas?
El capital cierra las puertas de las fábricas cuando las necesidades y las carencias son mayores que nunca, desde las elementales como la alimentación, la vivienda y la salud, hasta las estratégicas y productivas, como la reorganización ferroviaria, la industrialización del campo y la informatización de la industria, el desarrollo de la infraestructura física o de la energía, o la exploración petrolera.
En oposición al despilfarro de la plata de la Anses para socorrer a negocios capitalistas que no tienen futuro con la crisis; en lugar de nacionalizaciones truchas para rescatar el capital de los accionistas y pagar las deudas de empresas y bancos vaciados; en oposición, en definitiva, al salvataje sin salvación del capital, reivindiquemos la nacionalización, sin compensación, de la gran industria, la banca, el capital terrateniente y los monopolios comerciales y de servicios para reorganizar al país sobre nuevas bases sociales, o sea bajo la dirección de los trabajadores.